“Un Tratado sobre el Comercio de Armas a mi me importa mucho porque en mi país Guatemala, después los años de posguerra han ratificado el legado de violencia que dejó 36 años de guerra. En un país de 13 millones de personas, durante el mes de enero del 2011 hubo 533 asesinatos, un poco más 17 por día. La mayoría de estas víctimas fueron asesinadas por
armas de fuego.A la edad de 14 años, recibí un disparo en el hombro izquierdo y me lesioné la médula espinal, esto pasó muy cerca de mi casa al ser confundido con un miembro de una pandilla. Después de años de padecer de graves úlceras por presión las cuales ponían en peligro mi vida, conocí a John Bell, por medio de el recibí tratamiento médico en Estados Unidos. A mi regreso, yo quería trabajar con otras personas con discapacidad para mejorar sus vidas, John Bell y yo fundamos Transiciones en 1996. www.transitionsfoundation.org
Creo que “la recuperación es un reto aún más difícil para gente como yo, que vienen de países que carecen de los servicios necesarios para nuestra recuperación física y mental. En 1994, la Organización Panamericana de la Salud estimo que los servicios de rehabilitación en los países en desarrollo sólo cubren entre uno y tres por ciento de la demanda. ”
“La violencia armada no sólo causa varios tipos de lesiones físicas”, explica Alex Gálvez, “sino que también genera impactos negativos sobre la salud mental, los sobrevivientes, sociales, económicos y políticos y sus familias … Sin embargo, tener una discapacidad no significa necesariamente que la vida ha terminado “.
Tenemos que trabajar juntos con todos los gobiernos para evitar de tener más víctimas a consecuencia de la falta de un control de armas en el mundo.”