Después de una espera de 5 años, Brasil terminó su proceso de ratificación del Tratado de Comercio de Armas (ATT) el miércoles, cuando el presidente Temer firmó la aprobación del Senado para el Tratado. El presidente señaló en las redes sociales y los principales periódicos que este «es un paso importante hacia un mejor control de la circulación de armas de fuego en todo el mundo». También destacó que «con más cooperación, estamos fortaleciendo la seguridad pública y previniendo las violaciones de los derechos humanos».
La adhesión de Brasil al TCA es importante ya que Brasil se encuentra entre los principales productores mundiales de armas pequeñas y municiones durante dos décadas. De hecho, el mayor fabricante de armas de fuego de América Latina, Taurus, es brasileño.
Los miembros de Control Arms en Brasil dieron la bienvenida a este paso clave hacia la ratificación del Tratado. Sin embargo, siguen siendo cautelosos e instan a Brasil a evaluar sus políticas de transferencia de armas y garantizar que sean coherentes con sus obligaciones de ATT.
Iván Marques, director del Instituto Sou da Paz, hace un llamamiento al gobierno brasileño para que revise su política de permitir que las ventas que suministran gobiernos constantemente involucrados en violaciones de derechos humanos a su propia población o alimentar conflictos en otros lugares, un ejemplo reciente es Arabia Saudita, conocida usar bombas brasileñas en el conflicto de Yemen.
El depósito de Brasil de su instrumento de ratificación ante la ONU acercará el #SprintTo100 a 100 Estados Partes en el TCA antes de la Tercera Conferencia de Estados Parte en Tokio en agosto.